La lactancia es una de las mejores formas de asegurar la salud de un bebé.
Sin embargo, pese a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), menos de la mitad de los lactantes menores de 6 meses son amamantados exclusivamente.
Hay razones de fuerza mayor que impiden que la madrea pueda amamantar a su bebé. Por ejemplo, enfermedades graves como el cáncer, problemas en las glándulas mamarias o la baja producción de leche por diversos factores.
En este artículo nos concentraremos en aquellas mamás que sí pueden seguir un proceso de lactancia y están en búsqueda de información para poder llevarlo a cabo.
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De acuerdo a UNICEF, la lactancia se debe iniciar en la primera hora después del nacimiento.
Ese proceso debe continuarse idealmente durante los primeros seis meses de vida del bebé. En esta etapa no se le debe suministrar ningún otro alimento o líquido, ni siquiera agua.
Los infantes deben ser amamantados con “libre demanda”. Esto significa que los momentos de lactancia deben ser tan seguidos como lo requiera el bebé, durante el día y la noche.
Desde los seis meses los infantes pueden empezar a comer alimentos de forma complementaria. La lactancia puede, entonces, mantenerse hasta los dos años de vida e incluso un tiempo más.
Además, la lactancia es sumamente beneficiosa.
Para la madre, según el programa Chile Crece Contigo, la lactancia mejora la recuperación postparto, disminuye los riesgos de una depresión, y también disminuye el riesgo de cáncer de mama y ovario. El lactante, en cambio, queda protegido frente a enfermedades, mejora su desarrollo psicomotor y cognitivo, se nutre bien y disminuye los riesgos de morir por muerte súbita.
Existen algunas dificultades y molestias propias de la lactancia. Por ejemplo, los pezones agrietados o la baja producción de leche que mencionamos al comienzo de este artículo.
Pero existen algunas condiciones más complejas que deben ser atendidas ya que pueden poner en riesgo tanto a la madre como al lactante.
Por ejemplo, la galactorrea es un quiste benigno que se forma al acumularse grasa de leche fuera de los conductos mamarios. Cuando eso sucede el quiste queda atrapado dentro de la glándula y no puede ser expulsado.
«La galactorrea por sí sola no es una enfermedad, pero puede ser un signo de un problema no diagnosticado”, dicen en la Clínica Mayo.
Hay otras dos condiciones que son de cuidado para la madre y que es importante destacar:
La lactancia materna es un derecho de las mujeres que trabajan y un beneficio para sus hijos, sus familias y la sociedad.
Sin embargo, muchas madres se enfrentan a dificultades para continuar amamantando cuando se reincorporan a sus empleos después de la licencia por maternidad. ¿Qué pueden hacer para superar estos obstáculos y mantener una lactancia exitosa?
Aquí te ofrecemos algunos consejos prácticos basados en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), UNICEF y otras fuentes:
→ Cómo cuidar el bienestar de las madres
Además, es importante que preserves adecuadamente la leche extraída. Según el programa Chile Crece Contigo, debes seguir estas recomendaciones:
Si quieres profundizar en los temas que hemos abordado en este artículo, revisa la sección de Lactancia del programa Chile Crece Contigo para conocer otros conceptos, incorporar algunas prácticas y cómo buscar ayuda en caso de necesitarla.
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