El tabaco es y ha sido muchas cosas.
Para los indígenas de América, un regalo sagrado que se utiliza con fines espirituales y medicinales.
Para la industria del cigarro, una manufactura de lujo destinada a élites.
Para los estados, una fuente de ingresos para las arcas fiscales.
Y para las personas, un producto asociado al placer, la identidad y la rebeldía.
La influencia económica, cultural y política del tabaco es indiscutible. Sin embargo, su incidencia en la salud pública también ha propiciado campañas y movimientos para reducir sus daños en la vida de las personas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que entre el año 2000 y 2020 la prevalencia del tabaquismo se redujo en un 20% o más en 39 países.
En este artículo queremos reflejar las principales cifras en torno a las consecuencias del consumo de tabaco en el mundo y, hacia el final, hablar sobre un método para disminuir o incluso eliminar este producto de tu vida.
La siguiente recopilación de datos fue extraída de reportes de la OMS, el Institute for Health Metrics and Evaluation y el International Mortality and Smoking Statistics:
Si quieres sumergirte en estas cifras y explorar los gráficos respectivos, entra al especial sobre tabaco de la plataforma Our World in Data.
James Clear es el autor de Hábitos atómicos, un libro superventas que explica un método probado para poder generar nuevos hábitos y eliminar los malos hábitos.
“Los malos hábitos”, dice Clear en su blog, “interrumpen tu vida y evitan que puedas cumplir tus metas. Ponen en riesgo tu salud, tanto mental como físicamente. Y gastan tu tiempo y energía”.
Según este autor, los malos hábitos —como fumar o comerse las uñas— son causados por dos cosas: estrés y aburrimiento. Y están en tu vida por una razón, un beneficio, que puede ser malo para ti.
“A veces el beneficio es biológico, como sucede con fumar o las drogas. A veces es emocional, como cuando sigues en una relación que es mala para ti. Y en muchos casos, tu mal hábito es simplemente una forma de enfrentar el estrés. Por ejemplo, comerte las uñas, tirarte el cabello, hacer golpecitos con tu pie o apretar tu mandíbula”.
Paréntesis: ¿sabías que el acto de comerse las uñas se llama “onicofagia” y en la adolescencia afecta a un 45% de las personas? Cierre de paréntesis.
Al entregarte un beneficio negativo, estos hábitos son difíciles de eliminar. Por eso, dice Clear, esos consejos de “simplemente deja de tener ese mal hábito” no funcionan. Lo que sí funciona es reemplazar un mal hábito por un hábito que entrega un beneficio similar.
“En otras palabras, los malo hábitos se dirigen a ciertas necesidades en tu vida. Y por esa razón, es mejor reemplazar tus malos hábitos con un comportamiento más saludable que apunte a esa misma necesidad”.
Veamos, entonces, cómo se puede aplicar el método de los “hábitos atómicos” para abandonar el cigarro.
Sabemos que dejar de fumar es un propósito recurrente y difícil de cumplir. Muchas personas lo intentan una y otra vez sin éxito, y se sienten frustradas y desanimadas.
Sin embargo, hay una forma de aumentar las probabilidades de lograrlo: aplicar el método de los hábitos atómicos. En esta sección te explicamos cómo dejar de fumar según James Clear, el autor de este exitoso libro.
Estos son sus ocho tácticas:
Presidentes de gremios y empresas, ejecutivos, académicos e investigadores se reunieron para debatir y analizar el futuro de la reforma previsional en el encuentro organizado por Cajas de Chile.
Según la encuesta realizada por Cajas de Chile y el Instituto de Políticas Públicas en Salud de la Universidad San Sebastián, más del 80% de los consultados dice no saber.
Desafíos pendientes en salud: ¿Cómo avanzar? fue el encuentro donde participó la ex subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, y el senador Juan Luis Castro.
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